Nuestro proceso
¿En qué consiste nuestro proceso de revestimiento?
Examen previo de la base
Antes de efectuar un revestimiento sobre un pavimento hemos de valorar cuál es el estado de la superficie sobre la que va a ir integrado el mismo.
Este examen previo a cualquier ejecución es imprescindible pues del mismo se va a determinar no sólo la conveniencia de aplicar un revestimiento sobre esa base, sino qué proceso o pavimento es recomendable y cuál otro no.
El examen previo de la base consta de una serie de mediciones:
- resistencia compresión de la base
- resistencia a la tracción de la superficie
- humedad puntual del soporte
- humedad constante del soporte
- naturaleza de la base: hormigón, terrazo, baldosas, asfalto, cementosa…
Una vez obtenido el resultado de dichas mediciones y considerando el tipo de cliente y actividad a que va a ser destinado el pavimento, se determina el tipo de revestimiento o acabado más idóneo para cada cliente en concreto.
Preparación de la base
Todos los soportes han de ser preparados antes de ser revestidos.
Según la naturaleza y estado de la base, y del tipo de recubrimiento a aplicar, se optará por emplear uno u otro método de preparación.
Distinguimos:
- granallado
- pulido con diamante: visuelice el vídeo más abajo en esta sección
- pulido con piedra
- lijado con carborundum
- lijado con tungsteno
- fresado de la superficie: pueden visualizar un vídeo en Youtube: Preparación suelo
- preparación química del soporte
En cualquiera de los casos anteriores empleamos aspiración directa de polvo y partículas para no generar ambientes contaminados mientras se efectúa dicha preparación.
Imprimación de la base
Por lo general una vez preparada la superficie y según su estado y naturaleza, debemos imprimar la base. Con dicha imprimación se genera un puente de unión entre el soporte y el nuevo revestimiento. El objetivo es que este revestimiento final “funda” por así decirlo con la base, convirtiéndolo en una piel protectora y dotando de propiedades al acabado.
Distinguimos distintos tipos de imprimaciones en función del tipo, naturaleza y estado del pavimento actual que va a ser revestido
Revestimiento
Una vez asegurado el agarre del nuevo revestimiento por las anteriores fases de preparación e imprimación, se procede a revestir el pavimento con las capas necesarias para dar el acabado acordado o presupuestado.
Aspectos a considerar en el revestimiento final:
- COLOR: normalmente podemos aplicar casi cualquier color de la carta RAL
- BRILLO: el acabado podrá ser: brillante, mate, satinado o extrabrillante.
- RUGOSIDAD: podemos aplicar pavimentos lisos, semirugosos o antideslizantes.
El grado de deslizamiento viene determinado por la resbaladicidad del mismo y se mide por un péndulo de fricción. Así, el CTE nos diferencia dicha resistencia en una escala de clases:
Resistencia al deslizamiento (Rd) | Clase |
15 < Rd ≤ 35 | 0 |
15 < Rd ≤ 35 | 1 |
35 < Rd ≤ 45 | 2 |
Rd > 45 | 3 |
Y la norma establece, además, una clasificación del mínimo de clase (mirar cuadro anterior) de suelo exigible en función de su localización:
Localización y características del suelo Clase | Clase |
Zonas interiores secas | |
– superficies con pendiente menor que el 6% | 1 |
– superficies con pendiente igual o mayor que el 6% y escaleras | 2 |
Zonas interiores húmedas, tales como entradas a los edificios desde el espacio exterior (1), terrazas cubiertas, vestuarios, duchas, baños, aseos, cocinas, etc… | |
– superficies con pendiente menor que el 6% | 2 |
– superficies con pendiente igual o mayor que el 6% y escaleras | 3 |
Zonas exteriores. Piscinas (2) 3 | 3 |
(1) Excepto cuando se trate de accesos directos a zonas de uso restingido.
(2) En zonas previstas para usuarios descalzos y en el fondo de los vasos, en las zonas en las que la profundidad no exceda de 1,5 m.
Por último reseñar que no hay ni existe un único pavimento para todo pero casi siempre tendremos una solución adecuada para cada pavimento.